Destino: Sant Amand
La zona del Ripollès tiene lugares preciosos para visitar. Hacía tiempo que teníamos en mente esta excursión y, por fin, llegó el día. En esta salida hemos puesto a prueba a pequeños y pequeñas del grupo, a los que felicitamos por el gran esfuerzo y el logro conseguido. Ni más ni menos que 15'5km con un desnivel positivo de casi 1000m. ¡Felicidades cabritas!
Nuestro punto de encuentro lo realizamos en Ribes de Freser, donde el calorcito de unos cafés y unos colacaos se agradecieron de lo lindo con el frío que hacía. Nos rehubicamos en el mínimo número de coches posible para subir hasta Bruguera y así, poder estacionar mejor.
Bruguera es un precioso pueblecito rural de unos 54 habitantes, a 1200m de altitud. Se construyó alrededor de la iglesia de Sant Feliu (Diferentes etapas de construcción: iglesia románica del s.XI - detalles acabados en el s.XII - ampliación en el s.XVIII - modificaciones s.XIX).
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Bienvenidos a Bruguera |
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María con las pilas a tope |
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Bruguera a los pies de Taga |
Descendemos atravesando el pueblo hasta hayar un sendero dirección a La Font Xica. Éste nos obliga a subir para empezar a calentar, por suerte para nosotros. Las señales que seguiremos serán las amarillas.
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El desvío al sendero |
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Nuestro primer destino: Saltor |
El sendero acaba en una pista de tierra soleada, el Coll de la Portella. Las vistas son increibles, reconocemos el Puigmal, el Pic D'Eina, Nou Fonts, Coma del Clot y el Torreneules (tenemos un guía que es una enciclopedia geográfica).
Otra indicación nos desvía por un sendero a mano izquierda.
Nuestro recorrido hace que nos adentremos por bosques de pinos, hayas y bojes en su gran mayoría. El paisaje otoñal es una maravilla; montones de hojas marrones y amarillas. En ocasiones las hojas nos tapan la visibilidad del camino y alguna que otra piedra escondida nos hace tropezar.
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Desvío hacia el sendero |
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Zona de pinos |
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Pedraforca al fondo desde un balcón del sendero |
El lugar de Saltor (Saltorre) y su iglesia, San Feliu de Saltor, está documentada en el año 890. La iglesia está unida a la rectoría por un campanario de torre de un sólo piso. La primera edificación con cubierta de vuelta románica del s.XI, fue sustituida por otra construcción a dos vertientes cuando perdió el ábside. Esta nueva construcción la sitúa en el s.XII. En el año 1686 habían 5 edificaciones en el lugar; en el año 1900 la población llegó a ser de 70 habitantes, pero en la actualidad las casas están en desuso y algunas incluso en ruinas.
En nuestra visita al lugar, sólo vimos movimiento de habitavilidad en la edificación de lo que fue la iglesia de Sant Feliu de Saltor.
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Una de las edificaciones que se mantiene entera |
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El interior |
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Edificación más antigua unida a la rectoría |
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Campanario |
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La zona olvidada de Saltor |
Volvemos a ponernos en marcha paralelos a Saltor hasta encontrar un sendero a mano izquierda que casi nos saltamos si no llega a ser por un hito a la entrada. A continuación seguiremos las señales rojas.
En este último tramo es donde ponemos a prueba la fortaleza de los más pequeños y pequeñas del grupo, y de los grandes también, no nos vamos a engañar.
Nos encontramos con unas mangueras negras en algunos tramos del sendero, curioso ¿De dónde vendrán?
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Hito en el principio del sendero |
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Nuestro destino desde Saltor. |
Encontramos el Faig Gros en un pequeño respiro plano. Debía de ser impresionante cuando estaba verde. Ahora sólo queda el tronco y se pueden ver las ramas caídas a su alrededor.
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Faig Gros |
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Un descanso para comer chocolatinas |
El ascenso se endurece cada vez más, pero a su vez llega la zona más divertida: la Garganta o Xemeneia. En esta zona hay que ir con más precaución, es una zona rocosa, lo que hace que nuestras cabritas y nosotros mismos, disfrutemos mucho más.
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¡¡Arriba arriba!! |
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¡¡Ánimo chicos!! |
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Vaya cuesta |
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Imprescindible parar y mirar el paisaje |
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¡¡Impresionante!!Vemos Ripoll y el polígono de Rocafiguera |
Seguimos subiendo, el sendero busca el camino "más fácil" entre las piedras. Al empezar la vegetación, paramos y echamos la vista atrás de nuevo: sin palabras, un paisaje de lo más hermoso.
En un pequeño descansillo, a la izquierda, vemos el tubo negro; vaya, ¿Qué es eso? Parece una fuente. ¡Para eso sirve el tubo! La deducción es que se aprovecha el agua que brota de la montaña para abastecer Saltor.
Una vez en casa, internet echa humo buscando el nombre de la fuente y ¡Bingo! La Font del Pi o de Pena.
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Marcando el final de la Garganta. Montserrat al fondo |
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El tubo aprovechando el agua de la fuente |
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Font del Pi o de Pena |
Aquí la paciencia de más de uno empieza a menguar por no ver el final del ascenso. ¡¡Ánimo, que queda muy poco!!
Vemos unos bidones detrás de una piedra de gran envergadura. Parecen ser para acumular agua, quizás para los animales de la zona, no me imagino a las vacas subiendo por la Garganta.
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Los bidones |
Y al cabo de unos metros más arriba... ¡¡Por fin!! Hemos llegado a lo alto de Sant Amand.
La parada a comer y descansar piernas es obligatoria. El sol nos acompaña gratamente en estos momentos.
En la cruz hay una cajita de metal que custodia un libro, en el cual, los valientes que llegan a la cima, pueden dejar constancia de su paso por el lugar.
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Mesa antes de la cima |
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¡¡Ahí está!! |
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Las cabritas al completo |
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Vista al oeste |
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Vista al este |
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Placa de la cruz |
Recuperadas las fuerzas, arrancamos de nuevo. A partir de este punto, el camino es más ameno, todo él en descenso o plano. Eso sí, con mucho cuidado de no tropezar en la bajada.
No tardamos en llegar a el Pla de Pena. Parece ser que en esta zona había un castillo, del cual ya no queda absolutamente nada, solamente el topónimo. El castillo pertenecía a Oriol, el señor de Ogassa y consta que fue abandonado por el s.XIV.
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Vistas de Montserrat desde el Balcó del Ripollès |
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Pla de Pena |
Hay una leyenda que cuenta que éste no era un castillo, si no un convento de las monjas expulsadas del monasterio de Sant Joan de les Abadesses (que eran un poco promíscuas) y el cúal, el conde Arnau, visitaba de vez en cuando (muy devoto él). Llegaba a través de unas minas que unían este lugar con otros pueblos del Ripollès.
Hay una canción popular que hace mención a dichos actos del conde:
"Les monges de Sant Aimanç, dotze monges, tretze infants".
Se dice que el convento fue destruido al caer un rayo como castigo por las orgías que llevaban a cabo las monjas con el conde. ardió hasta destruirse por completo y no quedar rastro alguno.
Y resulta que cerca del Pla de Pena hay un hundimiento geológico, ¿La supuesta mina del conde Arnau? Quizás volvamos a buscarla en otra ocasión.
Ahora nos adentramos en la Fageda de Sant Eloi. Es un lugar encantador. En otoño es precioso, pero a mi cuando más me gusta es en la época de verano; un lugar fresquito por donde caminar al refugio de las hojas de las enormes hayas.
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La Fageda de Sant Eloi en verano |
Acabamos saliendo a Coll de Jou, con la impresionante Taga delante nuestro.
El atardecer se nos echa encima y decidimos separarnos en dos grupos: valientes papás y mamás con fuerzas de bajar corriendo a través de senderos técnicos para ir a buscar los coches y los papás y mamás con energía de distraer a un grupo de cabritas cansadas.
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Coll de Jou y Taga |
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Antes de dividir el grupo |
Pues la segunda labor no fue nada difícil. El camino era muy llevadero y con un gran repertorio de canciones repetitivas, unas cuantas historias y unas fotos jugando con el sol, nos llevaron a bajar casi hasta Bruguera. Un poco más y llegamos nosotros antes que los conductores.
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Jugando con el sol y las sombras |
Y la noche cayendo...
Nos fuimos con una excursión y atardecer impresionantes en el recuerdo...
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El atardecer nos alcanzó |
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Nació Ripollès
Información Wikiloc
La cançó de les monges de Sant Amanç