Activas, ideólogas, incansables (a veces con ideas de bombero). Si no nos encuentras por aquí, búscanos en alta montaña!! Algunas hemos sido presidentas de la comunidad de vecinos, que también da prestigio. Esperamos que disfruteis con nuestro blog, tanto como nosotras disfrutamos creándolo. Por cierto! Encantadas de conocerte!

miércoles, 4 de octubre de 2017

Sant Llorenç del Munt y la Serra de l'Obac

Viaje en el tiempo por la Serra de l'Obac 

 

En cualquier rinconcito podemos encontrar historias que construyeron nuestro presente, lugares que nos rebelan que esas historias fueron reales, donde se luchó por lo que se creia el bien común, el bienestar propio o por pura supervivencia. El Obac esconde muchos de estos rinconcitos tan llenos de nuestra historia, lugares donde la guerra causó estragos, donde un exiliado encontró su refugio, donde pastores y viajantes se guarecian para descansar, incluso encontramos espacios de descanso eterno. Nuestro recorrido nos ha llevado a visitar varios de estos lugares: la Masía de Calsina, el refugio de Gori (el Solitario), las Sepulturas, la Porquerissa, la Font de la Pola, el Cingle Gendarme, la balma de Quarto de Reixa, la Cova del Racó Gran y el Hopital de la Sang.

¡Hagamos un viaje en el tiempo!


Salimos de Rellinars por el camino paralelo a la seca Riera de Saiola para llegar a nuestra primera parada, la Masía de Calsina. Sabemos que fué construida por el señor Ubach en 1634 y que su último propietario tiró el tejado de la casa cuando la deshabitó para no tener que pagar los impuestos. Una fuente fidedigna nos comentó que por los años 70, una familia y sus 5 hijos, pasaban los fines de semana y vaciones en esta masía ya en ruinas.

Placa identificativa

Columnas de la parte trasera de la casa

Puerta prncipal desde el interior

Seguimos por el sendero que queda en la parte trasera de la masía. Es un sendero de frondosa vegetación, sobretodo para llegar al horno de cal y la fuente de Gori, el Solitario. Este hombre vivió durante 13 largos años desterrado de su ciudad, Terrassa, después de haber pasado 8 años preso en la modelo.

Fuente construida por Gori y su hijo


Refugio de Gori

Ahora toca un ascenso con más desnivel para llegar al Paller de tot l'Any y hacer una parada a almorzar con preciosas vistas a Montserrat. Allí nos encontramos con un par de parejas jubiladas excursionistas. Nos invitaron a sentarnos con ellos y compartir ese lugar tan privilegiado. Nos explicaron alguna que otra vivencia mientras intercambiamos cafés y gominolas.

Paller de tot l'any

Inscripciones budistas en la roca

Vistas desde el Paller de tot l'any

Recuperada la energía, no tardamos en llegar al Coll de Tres Creus donde seguimos las indicaciones dirección a la Pola. Hay que estar antentos para poder ver las Sepulturas, se encuentran en un pequeño claro entre la maleza. Estas sepulturas, denominadas cistas, son de origen de la alta edad media. En Sant Llorenç del Munt i la Serra de l'Obac se encuentran varias sepulturas de la etapa visigótica, la ocupación musulmana y el dominio carolingio. Estas se hayaron en 1920 cuando el Centro Excursionista de Terrassa inició sus estudios culturales.

Las Sepulturas


Un poco más adelante, encontramos la Balma de la Porquerissa. Es uno de los pocos lugares que conserba su nombre a través del tiempo. Los primeros escritos fechan del año 1225 aunque ya se utilizaba mucho antes; se han hayado en su interior restos arqueológicos de las épocas romana, visigoda y medieval. Como bien dice su nombre, se utilizaba como lugar de refugio y descanso para el pastoraje de los cerdos que era muy diferente a la que hay hoy en día.

La gran roca de la Porquerissa

Entrada a la Porquerissa

Interior Porquerissa

La Font de la Pola la encontramos a unos 300m hacia el norte. Se haya en una balma de grandes dimensiones. A finales de los años 20 un grupo de excursionistas de Terrassa (entre ellos Valentí Rossinyol, apodado el Tinet, el cual va a dar mucho juego a nuestro recorrido), construyeron una cisterna para aprobechar el goteo del agua. Habilitaron la zona de ocio con un par de mesas de hormigón y piedra, unos ganchos para colgar las botas de vino y una pequeña despensa, la cual utilizó más adelante la Guardia Civil  como garita de vigilancia, sobretodo para apresar a los maquis que se movían por la zona.
Hay escritos que se remontan al 1336 donde consta el nombre de la Masía de la Pola. Se cree que la balma responde a esta masía.

Mesas de hormigón y piedra. Una de ellas con un tablero de ajedrez en el centro

Despensa y garita de vigilancia

Ganchos para las botas de vino

Font de la Pola


Cerca de la Pola encontramos una pequeña grieta entre unos pilares de piedra y una aguja de 9m a pocos metros: el Cingle y la aguja de Gendarme. Hay varias hipótesis de lo que podría haber sido este lugar.

Cingle de Gendarme

Torre de observación:
En el inventario de los yacimientos de la Generalitat de Catalunya consta que, en la época de bronce o medieval, había una construcción de observación militar.

Santuarios según el estudioso Amador Rebullida Conesa (entre el 1.200 y el 750 a.C.):
-Santuario matriarcal Madre-Tierra: La aguja sería el símbolo de la fecundidad y la obertura en la pared la maternidad.
-Santuario patriarcal Padre-Cielo: Encontramos agujeros en varios puntos del Cingle, los cuales sirvieron para sujetar con palos unas cubiertas para conseguir un recorrido más amplio de la sombra y detrminar la durada del año y las estaciones.

Abejas:
En Jordi Guillemot (autor del blog El Cau del Guille), opina que estos agujeros sujetarían una estructura de madera para realizar la explotación de las colmenas naturales de las abejas de la zona.


Podéis saber un poco más clicando en el siguiente enlace Cingle de Gendarme


Entrada a la grieta

Una aparición Mariana

Un poco de humor

Agujeros de la parte superior del cingle

Vistas desde el cingle

Nuestra siguiente parada es la  Balma Quarto de Reixa situada en el Castellot de la Tanca, en la Serra de l'Espluga. Su interior alberga una manta desde hace muchos años, también es conocida por la Balma de la manta por este hecho. En los años 20-40 del pasado siglo, varias familias, entre ellas la del Tinet, acondicionaron este peculiar refugio para pasar los fines de semana i los veranos.

Construcción exterior

La manta

La chimenea

Retrocedemos un poco para cruzar el Coll de la Tanca. Descendemos por un sendero sombrío que nos lleva con otra obra de Tinet: la Cova del Racó Gran de Mata-Rodona. Tinet hizo tan bien su trabajo en la Balma de la Pola, que atraía a numerosas familias y excursionistas al lugar. En la década de los 60 acomodó este nuevo rincón para seguir disfrutando de nuevo de una compañía  más recogida de familiares y amigos. Con ayuda de unos amigos, cabó para hacer el espacio más grande, la obró para tapiarla y  construyó en el exterior un horno y una peculiar pica donde recogía el agua. Cerca está la Font de les Estelles, no he encontrado nada de su construcción y localización, pero me da por pensar que la fuente es una cisterna cercana donde se aprecia un canal pequeño y que estas construcciones las hizo Tinet y que de ahí hacía llegar el agua a la pica que construyó cerca de la cueva.
Hacemos parada para una pieza de fruta y de seguida nos volvemos a poner en marcha.

La cueva


El exterior

El horno

La pica

Interior de la cueva

Supuesta Font de le Estelles

Esta vez nuestro objetivo es llegar al Hospital de la Sang y la Cova de la Cort Fosca. Se encuentran en los dominios de Mura, en el Turó de la Fosca. Para acceder, cogemos un sendero que queda por encima de la Cova del Racó Gran y nos hace atravesar toda la colina hasta desembocar en una pista de tierra. Subimos unos metros hasta llegar a una curva cerrada hacia la derecha. Allí encontramos un sendero en dirección opuesta adentrandose a una zona de árboles más sombría. Encontramos indicaciones con la letra H pintadas en azul que nos llevan a un balconcito en la carena. En ese punto, escondido a simple vista, encontramos un caminito entre las piedras que baja a una pequeña arboleda de alzinas y nos descubre un peculiar rinconcito con mucha historia.
Este lugar nos remonta al siglo XIX, en época de guerras carlinas. Se utilizaba como refugio y hospital. Es un rincón escondido, de difícil acceso, con agua al alcance y vistas al Sot de Matarrodona y Torrent del Figueret.

El escondite perfecto

Un balcón al Obac

Primero encontramos la Cova de Cort Fosca. Nos adentramos en ella con la ayuda de los frontales para poder iluminar su interior. En mitad de la primera sala, vemos una roca con un hueco en forma circular. Esta roca recogía las gotas de agua que filtraban por el techo. El recorrido de la cueva gira a la derecha y de seguida encontramos un depósito lleno de agua y un grifo en la parte baja: la Font del Rossinyol, Tinet de nuevo contruyendo (aquí os dejo un enlace para saber más sobre El Tinet ).
Esta fuente la construyó cuando, a finales de la Guerra Civil, lo llamaron a filas. Con 40 años cumplidos y viendo venir el final de la guerra, él y un par de amigos en su misma situación, se encondieron en este rincón alejado y difícil de encontrar hasta saber que todo había terminado.


Entrada a la cueva

Roca en mitad de la sala

Paso del agua justo encima de la roca

Font del Rossinyol


El grifo del depósito

Salida de la cueva

Pocos metros después de la cueva, encontramos el Hospital de la Sang. Una peculiar roca en forma de V invertida y abertura en los extremos simulando un túnel. Aún quedan partes construidas de un muro o pared para tapar la cavidad. En su interior también se aprecia un muro divisorio a dos estancias.
Imaginarse como debía de ser este lugar en el siglo XIX, en plena guerra,... se nos ponía la piel de gallina.


Interior hospital

Foto desde el extremo superior a la entrada del hospital

El techo

Aquí aprobechamos para comer un poco, pero no tardamos en ponernos en marcha de nuevo. Volvemos a la pista de tierra y tomamos el camino de subida; de seguida cogemos un sendero ascendente a mano derecha que nos lleva al Turó de la Pola, atravesando un bosquecito que nos protege de la calor del medio día.
Nos acercamos a la Font de la Pola a rellenar agua y refrescarnos un poco. Emprendemos nuestro camino de vuelta en el Coll de Tres Creus siguiendo las indicaciones del GR5. No tardamos en abandonarlo para desviarnos por un sendero hacia la izquierda en la parte baja de Castellsapera que, tras varios kilómetros de recorrido, acaba en el camino dirección a la Casa Nova de l'Obac. Ahí descendemos por la pista inferior del Restaurante la Pastora dirección al Serrat dels Ginebres, el qual, acaba llevándonos a nuestro punto de partida en Rellinars.

34 km y 1670m de desnivel positivo acumulado. Un paseo por nuestras tierras, nuestra historia, por lugares que no dejan a nadie indiferente, deseando volver a caminar y aprender un poco más...Será en la siguiente salida.


Fuentes de consulta:
Això és la Mola 
Trail Sant Llorenç del Munt
Edat mitjana s.V-XV i més

2 comentarios: