Els Bufadors de Beví
En tierras de Osona, entre Santa María de Besora y Llaés, se encuentra un lugar de ensueño, de los que te hacen creer en los cuentos de hadas. Un bosque casi mágico, de preciosas hayas y bojes; grandes rocas cubiertas de musgo verde, preciosos helechos y enredaderas trepando por las paredes. Repleto de simas por donde circulan corrientes de aire que le dan un toque misterioso al lugar...
Y donde hay terreno que explorar ¡¡¡Allí que llevamos a las cabritas a trepar!!!
En una salida que hicimos al Taga, pasamos a ver a mis padres, que viven por la zona, y nos sugirieron varias excursiones que apuntamos en nuestra lista de tareas pendientes. De ahí surgió la idea de ir als Bufadors. No tardamos en poner fecha a la excursión y aceptar el ofrecimiento de mi padre de hacernos de guía.
Nos desplazamos en coche hasta Sant Quirze de Besora donde cogimos la carretera BV-5227; en Santa Maria de Besora nos desviamos por el Camí dels Ferrers y recorrimos unos 3km hasta llegar al Coll de Beví, allí dejamos los coches para acceder al camino que nos lleva directos als Bufadors.
Nos desplazamos en coche hasta Sant Quirze de Besora donde cogimos la carretera BV-5227; en Santa Maria de Besora nos desviamos por el Camí dels Ferrers y recorrimos unos 3km hasta llegar al Coll de Beví, allí dejamos los coches para acceder al camino que nos lleva directos als Bufadors.
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Poster de señalización en la entrada de la pista |
El recorrido es circular, entre unos 5 y 7km, todo depende de lo exhaustiva que se haga la exploración. Hay varias marcas pintadas de diferentes colores para el mismo circuito, se hace bastante imposible el perderse por el camino. Nos encontramos con la opción de empezar por el sendero y seguir las marcas naranjas o por el camino de tierra que hay un poco más abajo, antes de llegar al Coll de Beví. Las dos opciones son buenas, pero al parecer del guía y el mío propio, entrar als Bufadors en opción ascendente es mucho más bonita y espectacular.
Encontramos dos desvíos por la pista, uno a 1'3km y el otro en el kilómetro 2'2 aproximadamente. Los dos cruces están señalizados.
El camino nos acaba llevando a un sendero que nos obliga a empezar a subir suavemente. El bosque de hayas nos protege de los rayos del sol y se agradece el caminar por un lugar más sombrío.
Una gran flecha azul pintada en una roca nos indica otro desvío hacia la derecha que nos lleva directos a las primeros bufadores. Según te vas acercando, vas notando las corrientes de aire frío que emanan de los orificios de la tierra.
¡Que lugar tan peculiar! La vegetación empieza a ser muy singular. Encontramos simas y grietas por todos sitios, corrientes de aire, grandes rocas, hayas altísimas, helechos por todos los rincones y un manto de hojas secas en el suelo. Realmente un bosque de cuentos de hadas.
Estas peculiares grietas del terreno son debidas a los movimientos gravitacionales que se producen al romperse las diferentes acumulaciones de estratos del terreno. Muchas de estas grutas están comunicadas entre ellas lo que hace que el aire circule y se produzcan estas corrientes. El interior está a una temperatura constante de 14ºC , lo cual genera que en épocas de calor el aire se note frío y en épocas de frío el aire sea caliente. No es muy aconsejable acceder a ellas a causa de la inestabilidad del terreno. En este enlace podéis leer más sobre el estudio que se hizo sobre els Bufadors para la revista Espeleòleg nº 34-35
El grupo se esparce para explorar todo el terreno. Me parece que no quedó ni un rinconcito sin ser observado por los ojos de nuestras curiosas cabritas. Aprovechamos para almorzar en un bonito rincón entre rocas grandes.
Ahora toca la segunda etapa del recorrido. Una gran grieta en la roca hace de portal para entrar a otro lugar encantado. De aquí la elección de hacer la ruta en este sentido.
Trepamos un poco por la grieta y tenemos la magia del lugar delante nuestro. Una haya con musgo verde en su tronco atraviesa la gran división de la montaña para seguir su camino buscando el sol y se endereza al tocar la pared de enfrente de donde cayó. Una roca en forma de peculiar trono se encuentra en nuestro camino. Enredaderas suben por las paredes de las rocas divididas del cañón. Más simas y rocas con el manto verde por todas partes te hacen imaginar duendecillos saltando de un lado a otro en este precioso lugar.
Encantados quedamos también cuando una de nuestras cabritas, encuentra en una gran roca la forma de una concha, tiene toda la pinta de fósil marino. No nos deja de sorprender este precioso lugar. Y seguro que tiene historias que contar, ya que no muy lejos de esta zona se movían miembros del GRAPO y los maquis.
El cierre del circuito lo hacemos por la cresta de la Serra del Bufadors. Aquí encontramos un poco de desnivel, pero las vistas no tienen desperdicio alguno. A todos/as nos ha enamorado este rincón tan bonito. Se nota la falta de lluvia, seguro que si lloviese un poco más el lugar tendría un aspecto aún más cautivador.
Para cerrar el día, cogemos los coches dirección Llaés y cuando nos cruzamos con el río de Vallfogona, aparcamos los coches para comer y refrescarnos un poco en la balsa cercana a la carretera. Una salida fructífera y divertida, donde grandes y pequeños hemos disfrutado de lo lindo y donde seguro que volveremos.
Encontramos dos desvíos por la pista, uno a 1'3km y el otro en el kilómetro 2'2 aproximadamente. Los dos cruces están señalizados.
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Señalización primer cruce |
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Señalización segundo cruce |
Una gran flecha azul pintada en una roca nos indica otro desvío hacia la derecha que nos lleva directos a las primeros bufadores. Según te vas acercando, vas notando las corrientes de aire frío que emanan de los orificios de la tierra.
¡Que lugar tan peculiar! La vegetación empieza a ser muy singular. Encontramos simas y grietas por todos sitios, corrientes de aire, grandes rocas, hayas altísimas, helechos por todos los rincones y un manto de hojas secas en el suelo. Realmente un bosque de cuentos de hadas.
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El bosque de hayas |
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El primer bufador |
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¡¡Que fresquito!! |
Estas peculiares grietas del terreno son debidas a los movimientos gravitacionales que se producen al romperse las diferentes acumulaciones de estratos del terreno. Muchas de estas grutas están comunicadas entre ellas lo que hace que el aire circule y se produzcan estas corrientes. El interior está a una temperatura constante de 14ºC , lo cual genera que en épocas de calor el aire se note frío y en épocas de frío el aire sea caliente. No es muy aconsejable acceder a ellas a causa de la inestabilidad del terreno. En este enlace podéis leer más sobre el estudio que se hizo sobre els Bufadors para la revista Espeleòleg nº 34-35
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Lugar perfecto para almorzar |
El grupo se esparce para explorar todo el terreno. Me parece que no quedó ni un rinconcito sin ser observado por los ojos de nuestras curiosas cabritas. Aprovechamos para almorzar en un bonito rincón entre rocas grandes.
Ahora toca la segunda etapa del recorrido. Una gran grieta en la roca hace de portal para entrar a otro lugar encantado. De aquí la elección de hacer la ruta en este sentido.
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Grieta que hace de entrada |
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Helecho: Lengua de ciervo |
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El guía |
Trepamos un poco por la grieta y tenemos la magia del lugar delante nuestro. Una haya con musgo verde en su tronco atraviesa la gran división de la montaña para seguir su camino buscando el sol y se endereza al tocar la pared de enfrente de donde cayó. Una roca en forma de peculiar trono se encuentra en nuestro camino. Enredaderas suben por las paredes de las rocas divididas del cañón. Más simas y rocas con el manto verde por todas partes te hacen imaginar duendecillos saltando de un lado a otro en este precioso lugar.
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La haya caída y la piedra en forma de trono |
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Rocas que tapan el lado derecho del cañón nada más entrar por la grieta |
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El haya caída siguiendo su camino en busca del sol |
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El rey león |
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Enredadera subiendo por la pared |
Encantados quedamos también cuando una de nuestras cabritas, encuentra en una gran roca la forma de una concha, tiene toda la pinta de fósil marino. No nos deja de sorprender este precioso lugar. Y seguro que tiene historias que contar, ya que no muy lejos de esta zona se movían miembros del GRAPO y los maquis.
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El fósil encontrado |
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Inspecnionando una sima |
El cierre del circuito lo hacemos por la cresta de la Serra del Bufadors. Aquí encontramos un poco de desnivel, pero las vistas no tienen desperdicio alguno. A todos/as nos ha enamorado este rincón tan bonito. Se nota la falta de lluvia, seguro que si lloviese un poco más el lugar tendría un aspecto aún más cautivador.
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Mirando el castillo de Santa Maria de Besora |
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Unas vistas espectaculares |
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Una arañita del camino |
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Vista desde la Serra dels Bufadors del primer cruce del camino |
Para cerrar el día, cogemos los coches dirección Llaés y cuando nos cruzamos con el río de Vallfogona, aparcamos los coches para comer y refrescarnos un poco en la balsa cercana a la carretera. Una salida fructífera y divertida, donde grandes y pequeños hemos disfrutado de lo lindo y donde seguro que volveremos.
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Nuestras cabritas |
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Un refrescante y perfecto fin de excursión |
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